viernes, febrero 17, 2012

TEATRO. Grooming. "El lado oscuro".


De Paco Bezerra.
Con: Nausicaa Bonnín y Antonio de la Torre.
Dirección: José Luis Gómez
Madrid. Teatro de la Abadía.
 
El ciberacoso sexual a menores, esa inicua y reciente manifestación de la pederastia, se ha convertido, y no sin motivo, en una de las mayores preocupaciones de los padres de familia con hijos de edades comprendidas entre la infancia y la adolescencia. Elementos coadyuvantes para su desarrollo son la imparable expansión de las redes sociales y el desarme moral de los miembros más jóvenes de una sociedad posmoderna, hipernormativizada pero ferviente defensora de la libertad sin trabas en la esfera de lo privado. Sensible, por tanto, a una problemática de rigurosa actualidad, con casos a cual más espeluznantes que un día sí y otro también nos asaltan desde las páginas de los periódicos, Paco Bezerra ha construido un texto donde se aborda precisamente este asunto con la pretensión de indagar en las posibles causas que desencadenan estos comportamientos ilícitos o aberrantes. 


Al Amparo de un conocidísimo episodio de Alicia en el país de las maravillas de LewisCarroll, en el que se narra como Alicia, persiguiendo a un conejo blanco, desciende por un túnel oscuro y angosto que parece no tener final, la protagonista de Grooming también accede al parque en el que se ha citado con su acosador bajando por una larga escalera, una imagen que funciona como metáfora, quizá, de su particular descenso a los infiernos, no sólo como víctima inmediata del hombre que la espera para someterla a la violencia física y a vejaciones sexuales sino también como víctima de las pulsiones de su lado más oscuro e inconfesable, del universo de sus propias perversiones, fruto en parte, como en el caso del hombre, de una concatenación de circunstancias que escapan al control de su voluntad. Nos previene así el autor de la propensión a juzgar demasiado a la ligera la conducta de los demás -algo que hacemos, por cierto, constantemente-, sin pararnos a analizar las razones de fondo que motivan tales conductas y nos induce a reflexionar sobre nosotros mismos. 




 La ambientación y puesta en escena aciertan a sugerir ese ambiente desangelado y solitario del parque donde tiene lugar la cita a la caída de la noche; parque que también es trampa, y pozo sin fondo, y espacio de la represión, con algo de pesadillesco en el tamaño desmesurado del mobiliario urbano. La dirección del montaje ha sacado a mi juicio el máximo partido posible a un texto valiente, incisivo y perturbador, crudo a veces y también humorístico a su manera, de una comicidad colindante con la del teatro del absurdo. Mantiene, asimismo, la tensión de una trama bien planteada y de un desarrollo de la acción que incluye saltos temporales, inversión de los papeles de los personajes y elementos de thriller psicológico. Todo ello garantiza la intriga hasta el final, aunque con altibajos, alternado escenas brillantemente resueltas, con momentos de impasse, indecisiones y ambigüedades no sé si siempre buscadas a propósito. Buen trabajo de actuación en general, que refleja esos altibajos a los que nos hemos referido; Antonio de la Torre (Cecilio) da el perfil de pobre diablo, graciosillo, prepotente, que babea de placer ante las expectativas que le ofrece una cita tan atípica en la que él se cree dueño de la situación. Cuando cambian las tornas apenas puede disimular su desconcierto y se transforma en un ser vulnerable y digno de conmiseración. Nausicca Bonnín (la Chica) sigue el proceso inverso; su mutismo y actitud pesarosa del inicio se trasforma después en activa resolución para devolver punto por punto las vejaciones de que ha sido objeto hasta que descubre finalmente sus cartas demostrando una insólita madurez.

En todo caso, hay que dar la bienvenida a la escena a un autor jovencísimo pero que ya apunta maneras. Y hay que aplaudir la iniciativa del teatro de la Abadía de dar cabida en su sede a nuevos autores para que sus textos pasen la prueba del público, único camino para el desarrollo y perfeccionamiento de la escritura dramática. 

Gordon Craig.
Teatro de la Abadía. Grooming.

 Gordon Craig Diario de Alcalá.

No hay comentarios: