miércoles, octubre 07, 2009

TEATRO. De la vida de la marionetas. "Guiñol sangriento, o cuando la soledad se hace insoportable".

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De Ingmar Bergman. Con: Antonio Valero, Socorro Anadón, Gabriel Garbisu, Raúl Chacón y Lorena Roncero. Dirección: Jaroslaw Bielski. Madrid. Sala Replika. 6 de octubre de 2009.



Junto a las grandes preguntas sobre Dios, el sentido de la vida, la finitud o la muerte, de clara filiación existencialista y presentes en toda la filmografía de Bergman, figura en lugar preferente el tema de la guerra de sexos, la lucha strindberiana por el poder en el seno de la pareja. De la vida de las marionetas desarrolla un aspecto crucial de esa siempre problemática relación hombre/mujer en el interior del matrimonio: la incomunicación e incomprensión mutuas que conduce a violentas explosiones de cólera, alimentadas por un profundo odio y una irrefrenable pulsión criminal de naturaleza enfermiza que anida en el subconsciente del protagonista.

Peter y Katerina son una pareja de clase acomodada; sin hijos y dedicados en cuerpo y alma a sus respectivas profesiones han llegado al ecuador de sus vidas con la sensación de que su existencia en común ha resultado un fracaso, con la idea de que han dilapidado su tiempo en fruslerías, abandonando lo verdaderamente importante, mientras entre ellos se ha ido abriendo una brecha que se ahonda más y más cada día sin que puedan hacer nada para taponarla y reencontrar la felicidad perdida. La ya de por sí tormentosa relación entre ambos se complica con la influencia nefasta que sobre ambos ejercen Tim y el doctor Mogens, amigos y confidentes de la pareja, y que bajo cuerda mueven los hilos de este tragicómico guiñol.

Un alambicado cóctel de pasiones, rivalidades, frustraciones y desesperación, que Jaroslaw Bielski maneja con inusitada maestría, dosificando los climax, la tensión, el humor ocasional y un torrente de emociones que fluye impetuoso y amenazador hasta su desbordamiento. Al pulso firme del director que mantiene todo bajo control se une la contención de los actores, sin cuyo concurso sería imposible tan buen resultado. Todos sin excepción aportan una variada y rica gama de matices a sus personajes respectivos. Desde el retorcido y sibilino Tim (Raúl Chacón), tras cuyos modales exquisitos esconde un acerbo resentimiento, a la vehemente y atormentada Katarina (Socorro Anadón) o al cínico y sin escrúpulos doctor Mogens (Gabriel Garbisu) de ademán reposado y retórica vacua. Pero sobre todo Antonio Valero, que en un trabajo espléndido, trasmite la angustia del hombre solo, derrotado, plenamente consciente de la imposibilidad de encarrilar de nuevo su relación con Katarina y atenazado por sus impulsos violentos y atrabiliarios. La escena de su entrevista primera con el doctor Mogens es antológica, pero también lo son las escenas finales, revelándose en su actuación algunos aspectos autobiográficos del propio Bergman que su personaje incorpora.

Un magnífico espectáculo, riguroso y elaborado. Una disección en toda regla del alma humana llevada a cabo en esa atmósfera fría y aséptica de quirófano que recrea la escenografía, con muebles de metracrilato bajo la luz blanca e intensa de los proyectores. Y una espléndida oportunidad de ver, de degustar, más bien, en las distancias cortas un notable trabajo de actuación.

Gordon Craig.

Sala Replika.

1 comentario:

Jackie Silva dijo...

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