martes, marzo 17, 2009

TEATRO. Peer Gynt. "Donde se oye murmurar a los pinos".


Versión de Juan Pastor de la primera parte de Peer Gynt de Henrik Ibsen.
Con: Ana Miranda, Álex Tormo, Iria Márquez, Cristina Palomo, Carmen Sánchez y José Carrasco.
Dirección: Juan Pastor.
Madrid. Teatro de La Guindalera



Peer Gynt es una de las creaciones originales que Ibsen incorpora a la galería de tipos universales de la literatura. Personaje sin antecedentes conocidos, la crítica lo ha emparentado con cierto héroe legendario de los relatos tradicionales noruegos y con el propio Ibsen joven, que también tuvo que abandonar su ciudad de origen para escapar de la enrarecida y pacata atmósfera política y social que le impedía dar rienda suelta a su ambición literaria.

Peer Gynt es un soñador, un aventurero un tanto desnortado y sin escrúpulos; imaginativo, vehemente, entusiasta, actua de manera impulsiva e irresponsable y pronto se granjea la enemistad de sus convecinos que llegan incluso a expulsarle de la comunidad viéndose obligado avivir como un proscrito. Hace siempre su santa voluntad y su comportamiento es tan espontáneo, tan libre, -descuidando incluso sus obligaciones familiares- que resulta dificil de digerir por el cuerpo social, por ciudadanos que necesitan someterse a unas estrictas reglas morales y cívicas para mantener la cohesión social. Y sin embargo parece actuar sin malicia, urgido por una necesidad vital que proviene de algún lugar que está más allá del raciocinio, que conecta con los estratos profundos del ser humano vinculados a los arcanos de la naturaleza.

Hacer de este personaje singularísimo y complejo el protagonista de una hermosa parábola moral asequible para espectadores jóvenes es mérito que está al alcance de pocos, además de ser un empeño encomiable que el equipo de la Guindalera acomete con rigor y entusiasmo, como es habitual en sus montajes.

La escenografía es muy sencilla, aunque versátil, con una iluminación elaborada y un espacio sonoro sugerente que coadyuvan a crear la atmósfera entre mágica y festiva exigida por el argumento, una historia poblada de duendes, gnomos y personajes mitológicos, que a veces son sólo producto de la fantasía desbocada de Peer y de su inagotable capacidad para la fabulación. Aunque el esfuerzo mayor corre a cargo de los actores; de Cristina Palomo, Carmen Sánchez y José Carrasco que danzan y evolucionan incansables desdoblándose en múltiples personajes; de Iria Márquez, que da cuerpo y voz a la tímida, cándida y confiada Solveig; y sobre todo, de Ana Miranda y Alex Tormo en los papeles principales. La primera borda a la dulce y apacible Asa, madre de Peer; modula a la perfección los afectos hacia un hijo al que adora y acepta, aunque no comprenda del todo sus excentricidades; pese a su indulgencia manifiesta todavía se pregunta si no habrá sido demasiado dura con él; impresionan su sosiego y su paz en el lecho de muerte. El segundo encarna a un Peer Gynt simpático, dicharachero, jovial que sabe encandilar a las mujeres con sus cuentos y con su talante; va de acá para allá con la agilidad de un saltimbanqui y derrocha una energía inusitada para perorar incansablemente sobre su persona, sobre sus ensoñaciones y sobre sus proyectos iverosímiles. Un espléndido trabajo, sin duda.

Gordon Craig
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Guindalera. Peer Gynt.

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